La forma tradicional de hacer negocios dejó de ser sostenible. La economía lineal basada en “tomar-hacer-botar” es inviable en el tiempo, por lo que el reciclaje ayuda a cerrar el ciclo de la industria textil, dando una nueva vida a tus desechos.

Se estima que menos del 1% del material utilizado para producir ropa se recicla en nuevos artículos, ¿sabes por qué?

En la actualidad, aún no se cuenta con tecnología suficientemente desarrollada para soportar el reciclaje de textiles a escala comercial. Esto significa que no se puede cumplir con los requisitos de velocidad, calidad y viabilidad financiera.

La principal dificultad a la que nos vemos enfrentados al minuto de querer reciclar es que muchas prendas están hechas de una combinación de materiales sintéticos y naturales, por lo que se requiere utilizar diferentes métodos y esto constituye un verdadero dolor de cabeza.

Así nos encontramos con dos procesos de reciclaje de acuerdo con los diferentes materiales de las prendas:

Implica cortar y triturar mecánicamente las telas para descomponer en fibras y materiales reutilizables. Las fibras naturales como la lana y el algodón se pueden reciclar mecánicamente, pero el proceso disminuye la longitud y la calidad de las fibras.

Implica pasar los materiales por determinados procesos químicos para producir nuevos filamentos que se transformarán en nuevos hilos y telas listos para la producción de un nuevo artículo. El poliéster se puede reciclar completamente a través del reciclaje químico.

Diversas iniciativas están trabajando en encontrar una solución al problema de los desechos textiles e impulsar la economía circular. 

Si todavía no te animas, comienza por comprar solo lo que necesitas. Y regala lo que no usas, si para ti no es apreciado, alguien más podría entregarle una segunda vida.